martes, 21 de junio de 2016

Nuevas tendencias metodológicas en el fútbol: la periodización táctica. Parte 2

Hoy en día la gran mayoría de entrenadores desean realizar un juego vistoso, combinado, de "toque" de largas posesiones… muchos quieren “jugar como el Barcelona”. Para ello habría que comprender y manejar multitud de circunstancias.

Ante éste tipo de juego, en el que se sitúan cantidad de jugadores en el ataque, se debe tener un alto dominio de las transiciones. Ya de por sí las transiciones defensa-ataque y ataque-defensa tienen gran relevancia, y en éste caso adquieren aún más importancia. Para que las mencionadas transiciones tengan éxito tendremos que partir de un juego zonal y de algo más que esto, un “pensamiento zonal”.

El trabajo en zona nos aportará una estructura móvil aportándonos ésta un “equilibrio posicional” y como consecuencia un “equilibrio defensivo”. Éste equilibrio defensivo, atendiendo a Amieiro (2007) asegura la “permanente gestión colectiva del espacio y del tiempo del partido”.

Contra la defensa en zona situamos la individual ocupándonos cada uno de determinadas “marcas”, del hombre. Esto no nos permitirá en una transición defensa-ataque, atacar como equipo ya que no se controlarán los espacios y si los jugadores…¿Qué será más importante? A su vez en una pérdida de balón en el ataque (transición ataque-defensa) se provocará un desequilibrio posicional ya que cada jugador ira a su hombre y no a la zona, no favoreciendo esto una adecuada transición. Por tanto no sólo debe haber un equilibrio defensivo sino también se debe dar un equilibrio ofensivo.

La defensa en zona tiene que abarcar los cuatros momentos de juego y debe ser guiada por la estricta preocupación de no perder la ocupación racional del terreno de juego, respondiendo ésta a las necesidades reales del juego.
Contextualización del juego durante el entrenamiento (junio 2010)
El fútbol es un juego enmarcado dentro de un determinado contexto y caracterizado por una gran imprevisibilidad. Ésta imprevisibilidad debe marcar la pauta a seguir en nuestra forma de entrenamiento para así poder crear un “modelo de juego” real.
El deporte del fútbol desde su imprevisibilidad está compuesto de forma general por facetas técnicas, tácticas, físicas y psicológicas. Dichas facetas deben estar enmarcadas dentro de un determinado contexto común ya que todas se dan a la vez durante la competición. Por tanto todas deben de darse de forma simultánea y contextualizada en el entrenamiento basándose en la formación de un “todo”. Partiríamos de aquí expresando que “el todo no es igual a la suma de las partes”, Morín, E. (2001, citado por Tamarit, X. en 2009).
Por tanto entendemos que todas las condiciones se encuentran englobadas y no separadas ni desintegradas. Esto nos llevará a implicar estas condiciones durante el entrenamiento.
¿Desde qué punto se parte y orientamos la contextualización de nuestro entrenamiento entonces?
Partiendo de lo imprevisible tendremos que tener en cuenta el aspecto primordial que se da en toda situación de juego competitiva dentro del fútbol, la táctica. A partir de ésta crearemos nuestro “modelo de juego como guía de todo el proceso” (Tamarit, X. en 2009). Éste “modelo de juego” debe estar en continuo proceso de cambio, crecimiento y “construcción” ya que nuestro juego no es predefinible y mucho menos los instrumentos de juego (los jugadores). Ese modelo de juego debe estar condicionado y abierto a multitud de variantes. Aún así a pesar de ser sensible al cambio siempre debe mantenerse la concepción propia del modelo de juego. Ésta sufrirá variaciones pero sus principios fundamentales seguirán siendo los mismos.
Por tanto para contextualizar nuestro entrenamiento habrá que crear nuestro “modelo de juego” (no sistema de juego). Para ello tendremos que conocer lo que queremos alcanzar durante nuestro “juego” definiendo “una serie de comportamientos (Principios y subprincipios), así como la articulación entre ellos, la cual nos va a permitir tener una identidad de juego” (Tamarit, X. en 2009).
Dichos principios y subprincipios (más específicos) serán procedimientos comunes a seguir por parte del equipo y tendrán que ser dominados ya que serán la base del “modelo de juego “de nuestro equipo. A esto nos aporta Mourinho: “Lo más importante en un equipo es tener un determinado modelo, determinados principios, conocerlos bien, interpretarlos bien, independientemente de ser utilizados éste o aquel jugador”.

Podríamos concluir por tanto que para contextualizar nuestro entrenamiento, debemos partir de la construcción de un modelo de juego basado en principios y subprincipios articulados como comportamientos y que nos permitirán la mayor transferencia de nuestro entrenamiento a la competición, es decir, convivir con nuestro juego durante la semana, para luego salir con él en la competición.
Transfiriendo este mecanismo para el  «jugar», percibimos que la intención (previa) de lo que se tiene que hacer en los diversos momentos de juego o sea, los principios de acción son importantes para activar la corteza parietal. Sin embargo, por lo que vimos anteriormente la realidad inconsciente es decisiva para la precisión de las acciones y por tanto, en la forma como estos principios de acción serán realizados.
De este modo el entrenamiento tiene un papel igualmente decisivo en la construcción de esa realidad inconsciente o sea, a través de la adquisición y asimilación de los principios de acción. El entrenamiento  específico se preocupa con el desarrollo de este mecanismo creando e interiorizando esos principios de acción para estimular la calidad de precisión con que son realizados. 
Sin embargo, no siempre la intención de acción se concretiza en acción porque en el caso de haber alguna divergencia con la intención previa, la acción es inhibida. En el momento en que tomamos consciencia de la acción precisa – de intención en acción- la corteza frontal puede inhibir la acción cuando percibe que ella no se adecua a lo que pretende (por ejemplo, cuando percibimos que es domingo y no precisamos levantarnos). Todavía, la corteza frontal dispone de apenas 200 mseg para hacerlo.
En realidades como en el juego de fútbol, este mecanismo es mucho más importante para inhibir algunas acciones que pueden no ser eficaces por la variabilidad del contexto.
Imaginemos una situación concreta en que el defensa lateral cierra el espacio para impedir la progresión del extremo, colocándose en su dirección. A pesar de esto, este extremo conduce el balón y simula que va por la derecha y va por la izquierda. El defensa lateral tiene como intención cerrar  su espacio de progresión y fue regateado o sea, fue inducido que tenia que cerrar en la derecha cuando al final el adversario fue por la izquierda. Así, la corteza frontal crea una intención previa de cerrar más a la derecha y la corteza parietal crea una intención en acción (a través de los mecanismos explicados anteriormente) para hacer más aún, la corteza frontal percibe que esta intención no es la adecuada e impide que esa acción se realice.
  
Así, la corteza frontal reniega esa intención y el tiempo que le lleva hacer – y percibir –  depende de la capacidad de anticiparse. Esto resulta de las vivencias y de la realidad
inconsciente que el entrenamiento promueve porque en las primeras veces en que pasa por estas simulaciones, el jugador va a tener más dificultad en percibir esto y a manera que se entrena  en conformidad con esto , cuando se tiene  un entrenamiento  donde dicha acción se reproduce con  regularidad, la misma le permite anticiparse a dicha acción.

En el sentido de aclarar un poco más este mecanismo desarrollamos el siguiente esquema:
1. La corteza frontal crea la intención previa (se inicia entonces el proceso).
2. A partir de esta intención previa se activa la corteza parietal.
3. La corteza parietal activa la corteza motora donde crea  « el potencial de preparación motora» a través del cual esboza con precisión la acción a ejecutar, después de unos 200 mseg.
4. Esta representación de acción es enviada para la corteza parietal que adquiere entonces la consciencia – intención en acción-  que acontece después de unos  350 mseg del inicio del  «potencial de preparación  motriz».
5. Con  esta interacción entre la corteza motora y el parietal adquirimos la consciencia de intención de acción, pasados aproximadamente 550 mseg. (200 mseg +
350 mseg. = 550 mseg.).
6. A partir de aquí, restan 200 mseg para:
1.) A: Enviar esa intención a las estructuras neuro- musculares para concretar esa intención en conducta.
2.) B: En caso de conflicto, la corteza frontal anula esa intención, que no se concreta.

“Desgraciadamente, hemos seguido el modelo de Descartes que preconizaba la división de la realidad de los problemas. Sin embargo, un todo produce cualidades que no existen en las partes separadas. El todo no es nunca únicamente la adición de las partes. Es algo más”. Edgar Morín. Filósofo francés.


Los sistemas o fenómenos complejos, además de caracterizarse por la interconexión e interacción de sus diferentes partes, así como del todo y las partes, y las partes y el todo, también están compuestos por una amplia gama de incertidumbres y azares, que lo hacen más complejo si cabe.


Por lo tanto podemos determinar que un partido de fútbol es una confrontación entre Sistemas caóticos determinismos con organización fractal.


Nestor Brassat.
Entrenador nacional
R.F.E.F. España.



viernes, 10 de junio de 2016

Nuevas tendencias metodológicas en el fútbol: La periodización táctica.Parte 1.

Introducción:
Durante décadas el entrenamiento deportivo se ha basado en una 
concepción atomística de lo individualizado, del análisis y estudio 
de los hechos aislados y del individuo. 
Las periodizaciones convencionales son un ejemplo latente del mismo.
La asimilación de las teorías sistémicas en la concepción del 
entrenamiento deportivo, ha provocado un cambio radical de modelo y 
la base para la teorización del mismo en torno a los deportes colectivos.
Pensar sistémicamente significa pensar de forma multidimensional -
circular, horizontal, vertical y lateral - y promover la interacción entre las 
partes de un sistema para focalizar el todo y las partes.
Se ha pasado de una teoría fundamentada en la fragmentación a otra 
fundamentada en las sinergias y la transversalidad del sistema. El trabajo 
pionero de Paco Seirul·lo y de Víctor Frade ha sido el epicentro del nuevo 
paradigma y se han erigido como impulsores de la fundamentación teórica 
del nuevo modelo.
De su mano y de prestigiosos profesionales planteamos una propuesta que 
aportara valor añadido a los que tengan el privilegio de participar en este 
evento.
 PERIODIZACIÓN TÁCTICA

A)   FUNDAMENTACIÓN SISTÉMICA.
La ciencia occidental se desenvolvió a través de un paradigma heredero de 
Aristóteles, Descarte, Newton, el determismo, lo cartesiano, el racionalismo.
Sus puntos fundamentales son:
-dividir el mayor número posible de parcelas aquellos problemas que 
queremos examinar, tanto como fuera necesario para resolverlos.
-orientar ordenadamente los pensamientos, comenzando por los objetos 
más simples para mostrar poco a poco, en grados sucesivos, como se llega 
a los conocimientos más complejos.
A partir de estos presupuestos básicos asistimos a la institucionalización del 
positivismo según el cual los objetos son reducidos y aislados para intentar 
conocer su complejidad.
Este paradigma fue contestado por autores como F. Capra, Francisco Varela, 
Humberto Maturana Romesín, que defendían el pensamiento sistémico en 
detrimento del analítico.
Sigue siendo predominante el paradigma cartesiano a la hora de interpretar 
los problemas y de actuar sobre ellos, no obstante, esta forma reductora de 
interpretar los fenómenos complejos y los procedimientos abstractos esta 
cayendo en falacia metodológica y se acentúa la credibilidad de la teoría de 
los sistemas y del pensamiento ecológico que trasciende al reduccionismo 
cartesiano.
Esta no es una cuestión baladí para el estudio del fútbol, puesto que la 
adopción de presupuestos convencionales condiciona el modo en que 
pensamos; por ello el fútbol como fenómeno complejo que es debe ser 
pensado desde una perspectiva sistémica para así desenvolver  una 
metodología congruente con su complejidad.
El abordaje sistémico nos lleva a concebir nuestro objeto de estudio 
de una forma que no se lleva a adoptar procedimientos diferentes de 
los convencionales para conseguir elevados rendimientos.
B)   TEORÍA DE LOS SISTEMAS.
EL JUGAR EN CUANTO SISTEMA DE SISTEMAS.
Un sistema es un todo constituido por las relaciones entre sus 
constituyentes, por ello podemos considerar que el jugar es un sistema 
que expresa las relaciones de cooperación entre los colegas y de 
oposición con los adversarios.
De acuerdo con esta concepción, el juego es un sistema de sistemas.
Partiendo de esta forma de concebir el jugar, podemos abordar un 
conjunto de conceptos que caracterizan a los sistemas: globalidad, 
interacción, finalidad y organización.

GLOBALIDAD.
¿Se puede conceptuar las entidades colectivas y sus elementos, 
o sea como concebir el juego como fenómeno colectivo y a los 
jugadores como parte de esa entidad?
Desde dos perspectivas: nominalista e individualista:
La concepción nominalista entiende la entidad colectiva en 
términos generales, a través de conceptos de universalidad. 
Analiza el equipo en su globalidad constituido por elementos 
independientes que pueden establecer relaciones entre si. 
Esta concepción no diferencia  a sus elementos ni los comprende 
en su totalidad, ve apenas la totalidad obviando las particularidades 
y relaciones de los jugadores. 
Se trata de un holismo global abstracto.
Edgar Morin (1921) considera imposible conocer las partes sin conocer 
el todo, como conocer el todo sin conocer particularmente las partes.
Por ello desde una perspectiva individualista se puede decir que 
reconociendo la importancia de lo individual en  la constitución de 
las entidades colectivas, esta concepción entiende que el colectivo 
es constituido por una pluralidad de elementos que deben, serán 
analizados en su individualidad, a pesar de poder establecer relaciones 
unos con los otros….no debemos olvidarnos del papel dinámico de las 
partes, de las interacciones, interrelaciones entre los sectores del 
equipo, de las características individuales y de las relaciones de los 
jugadores en los varios momentos del juego.
E. Morin, nos dice que una unidad colectiva no se reduce a la 
“yuxtaposición” de sus elementos porque adquiere una identidad 
global que es superior a la suma de las partes constituyentes. 
Así expresa que el sistema posee un conjunto de propiedades 
que sus elementos no presentan aisladamente  o  en otro sistema.
Así, podemos ver el equipo como un sistema que vale por su todo, 
en virtud de las interacciones de sus jugadores, que hacen que la 
dinámica del juego presente determinadas características.
La alternativa a la concepción, individualista y al holismo surge con 
una concepción pseudo-holista: entiende las entidades colectivas 
como una totalidad significante o sea, como un orden a partir del cual se 
perciben las relaciones todos partes. De acuerdo con esta lógica, 
las relaciones de los jugadores tienen un determinado significado  en 
función de la totalidad que constituyen. Se comprende la individualidad 
en las relaciones que establece con los demás en el desenvolvimiento de 
esta actividad colectiva.
Así, las entidades colectivas resultan del entendimiento de los individuos 
en una totalidad estructurada, en una relación configurada.
En este sentido se trata de un concepto que no anula la individualidad 
donde cada jugador asume un papel en la totalidad que constituye.
Así, es una unidad constituida por jugadores que se relacionan unos 
con otros a través de relaciones que definen el equipo y por ello, deben 
ser perspectivados a la luz del sistema que constituyen, esta es la 
justificación de la Periodización táctica, dado que nos dice que lo global 
viene dado por una interacción dirigida.
El equipo tiene un conjunto de jugadores con diferentes funciones, que 
condicionan las propiedades del todo, así, la función que el jugador 
desempeña en el seno del equipo resulta de las referencias colectivas.
En  los fenómenos colectivos el sujeto aprende normas, valores y 
desenvuelve capacidades, todo en su relación con los demás.
El desenvolvimiento de una dinámica colectiva (un jugar) hace que las 
exigencias individuales sean sobrecondicionadas por el papel que 
desempeñan en su equipo.
En esta perspectiva, el juego es un fenómeno colectivo que se 
constituyen en las relaciones individuales, grupales y sectoriales de los 
jugadores. Se trata de una entidad colectiva cuyas interrelaciones son 
parte de un todo, con una configuración y un sentido que contextualiza 
esas mismas interacciones individuales, grupales y sectoriales.
Juan María Lillo, apunta a que es “pretencioso considerar que va a 
pesar mas lo que se construye sobre la Periodización táctica, que 
aquello que el jugador lleva construido toda su vida”. Los jugadores son 
algo en si susceptible de comunicarse o no con otros con los que se 
puedan complementa, esto existe, equipos sinérgicos que no entrenan. 
Existe y está antes de cualquier teoría de entrenamiento como las que 
aquí se tratan, por ellas se puede considerar que la comunicación la 
dan ellos, pero los futbolistas,  como las personas se pueden comunicar 
de por si, por el hecho de serlo. 
Piénsese, que las partes de un bollo no son el azúcar, ni el huevo, 
sino las migas, que son las partes contextualizadas.

INTERACCIÓN
“Toda interacción dotada de alguna estabilidad o regularidad asume 
un carácter organizacional y produce un sistema” Edgard Morin. (1921).
Tradicionalmente se ha entendido que las acciones en una relación 
lineal, causa-efecto, sin embargo el concepto de sistema nos lleva a 
cambiar el concepto de acción por el de interacción.
La acción en fútbol es colectiva, por lo que provoca en los otros y en 
sus relaciones.“El futbol es un juego de dinámicas cuya variante 
estructural es la interacción”.
La intención individual está subyugada a una intención colectiva, a la 
dinámica propia del equipo. La naturaleza táctica del jugar comprende 
una organización colectiva que repercute en cada intención y decisión 
del jugador y por tanto, en las interacciones de organización  no se 
puede reducir al concepto de estructura o de sistema de juego. 
El concepto de organización que se adecua al jugar (sistemas 
dinámicos) comprende el lado evolutivo y se centra en la funcionalidad 
del equipo, en las interacciones que se constituyen Las decisiones de 
los jugadores resultan de los datos contextuales mas son sobre 
configuradas por reglas colectivas que los llevan a optar por 
determinadas elecciones en lugar de otras.
Sin embargo consideran que la estructura colectiva va a incidir en la 
elección del jugador más allá que la construcción de toda su vida, por 
ello no debemos construir una respuesta colectiva alejada de las 
cualidades intrínsecas del jugador, aquellas que ha construido en su 
trayectoria deportiva. Según, Julio Garganta, “las decisiones de los 
jugadores se inscriben en un sistema y por tanto, en una lógica de 
funcionamiento según la cual las acciones de juego adquieren sentido”.
Se establece así una serie de valores y de referencias que convierten 
las interacciones de los jugadores en deterministas, o sea, a una dada 
organización y configuración.
Esta configuración resulta de una idea de juego que el entrenador tiene 
para el equipo.
Si no hubiera entreno el equipo estaría “desconfigurado”, se supone, 
consideran que lo único que comunica es el entreno, el entrenador, 
pero la propia configuración individual del jugador se ha hecho en un 
deporte colectivo, esto es, en la propia acción individual hay 
configuración colectiva, por lo cual simplemente el posicionarlas de tal 
manera que se interacciones óptimamente genera una estructura que 
se va “autorganizando”.
Para el que construye su pensamiento así llega un momento que creen 
que las cosas no funcionan sin su intervención, que los equipos de futbol 
no se auto organizan, si son complementarios.
Dice: José Guilherme Oliveira, que “el futbol es un juego de interrelaciones,  
que son del entrenador, lo que hace es darle preponderancia a la validez 
universal de sus interrelaciones por encima de las interrelaciones propias 
que puedan existir entre los jugadores, abusando de este ego pueden 
construir interacciones que se sobre imponen e incluso repelen con 
interacciones naturales”.

ORGANIZACIÓN
Edgar Morin, dice que “el sistema sin organización, es tan reductor 
como la organización sin sistema, por ello la organización es fundamental 
para el abordaje sistémica”.
La visión holística es reduccionista en tanto a la interacción y la 
organización; la organización de los jugadores configura las interacciones 
del equipo y por ello, lleva a determinadas regularidades que la identifican, 
por ello un sistema sin organización resulta una agregación aleatoria.

La organización de los sistemas contempla un lado estructural y otro 
funcional.En el pensamiento sistémico, la estructura del sistema resultan 
ser de las interacciones.
La organización del jugar parte de una estructura que condiciona la 
funcionalidad.
Esto es clave, dado que la estructura viene dada, pero muchos creen 
que no existe sin la mano del Entrenador.

ORGANIZACIÓN ESTRUCTURAL Y FUNCIONAL
La estructura  pasará a ser reconocidas como un resultado de un proceso 
o sea de las dinámicas de las interacciones. Aquí tiene cabida el 
estructuralismo.
La organización comprende un determinismo que funciona como un 
programa que regula y orienta la evolución del sistema, de este modo, 
la dinámica del juego e una funcionalidad organizada a partir de una 
estructura.
A partir de esta lógica, el concepto.
Más importante que el concepto de juego es la dinámica que resulta de 
las relaciones de los jugadores, que es “sobre condicionada” por esa 
disposición. ”Sobre condiciona” de diferente manera en un sistema 
1 4 4 2 de un 1 4 3 3, de cualquier manera este concepto de sistema 
como estructura no puede ser reductor del concepto de organización 
porque a pesar de condicionar la dinámica del jugar no comprende el 
verdadero sentido de la organización como una orden dinámica.
La organización del juego parte del sistema de juego pero va mucho 
más allá.
El sistema de juego es un punto de partida para configurar la dinámica 
del jugar (estructural) mas la funcionalidad comprende las características 
de los jugadores, los principios de acción en determinados momentos, 
las estrategias de resolución en determinados contextos
La organización sistémica,  le llama principios de acción,  a los que 
configuran las interacciones de los jugadores en varios momentos de 
juego.Estos principios de acción, son los principios de juego.
Esto es conocimiento científico, pero también hay conocimiento intuitivo 
que acierta a conocer las sinergias, la auto organización, etc.

LOS PRINCIPIOS DE ACCIÓN.
El principio, es un comportamiento que el entrenador quiere que tenga 
el equipo en 
términos colectivos y el jugador en términos individuales.
Permiten al entrenador desenvolver determinadas regularidades del 
comportamiento, transforma la imprevisibilidad incalculable de los 
acontecimientos en una imprevisibilidad potencial.

LA FINALIDAD.
Existe un modelo de juego como una finalidad, se pretende saber jugar 
bien un estilo 
dado por el entrenador, no saber jugar al fútbol genéricamente.
Todo se adapta al saber del entrenador, no a las posibilidades intrínsecas 
del jugador.Tan importante las ideas del entrenador para el jugar es el 
lado práctico del proceso, de la forma como los jugadores comprenden 
el proyecto colectivo y lo desenvuelven.

LA IMPORTANCIA DE CREAR Y DESENVOLVER UN MODELO.
Se crean un conjunto de referencias que creen y definen la organización 
del equipo y jugadores en los varios momentos de juego, de este modo, 
el modelo orienta el proceso para un jugar concreto a través  de los 
principios colectivos e individuales en función de lo que ha pretendido, 
desenvolver un jugar específico y no un jugar cualquiera.
Este concepto de modelo de juego no se reduce a una idea general, 
dado que se trata sobre todo de configurar las interacciones de los 
jugadores.
No existe un Modelo de juego único,  porque cada Entrenador tiene sus 
ideas y por tanto, determinados objetivos, para el equipo.
Claro ejemplo, de que no buscan conceptos universales, sino darle 
preponderancia a la posición del entrenador respeto al proceso.
Es importante evidenciar las características de los jugadores una vez 
que son determinantes en la propia concretización de los principios 
de juego. Los principios son condicionados por los jugadores.
Siempre parten del principio, no parten de que los jugadores ya son 
una construcción que interactúa comunicativamente entre si, se 
posicionan de manera omnipresente respeto al entreno, primero: 
“yo y mis principios y después los jugadores que los condicionan”.

INTERPRETACIÓN DEL JUEGO Y LA CULTURA DE EQUIPO.
Con este modelo, la toma de decisión no es algo aleatorio, o sea, 
a pesar de las particularidades del contexto, el jugador es “sobre-
condicionado” a decidir en función del proyecto de juego del equipo 
y por tanto, de sus principios, así el modelo permite condicionar las elecciones de los jugadores, orienta las decisiones de los jugadores.
Es una parte muy positiva, dado que regala seguridad a la propia aleatoriedad de la 
toma de decisiones, que aquí se “sobre-condiciona” por una cultura colectiva.
Los principios van creando una cultura.
                        
DE LA CULTURA DE PERCEPCIÓN A LA CULTURA DEL COMPORTAMIENTO.
El saber hacer es tanto mejor cuanto más apoyado en un saber sobre ese saber hacer, 
o sea, sobre un entendimiento consciente de las interacciones y desenvolver del juego.
Toda el procesamiento cerebral para elaborar una respuesta consciente tarda cerca de 
medio segundo, lo cual es mucho tiempo para decidir en el calor del juego y por ello, 
aclara que las acciones que ocurren en un espacio de tiempo más corto resulta 
de la anticipación. A través de ella es posible reducir el medio segundo de la respuesta 
para un quinto de segundo.
Se trata de un atajo del cerebro para anticiparse  a las situaciones, so solo acontece 
cuando ya se experimento la misma situación y se gravo  como un hábito, como un automatismo.
Por ello es preciso crear hábitos.
Aspecto clave a desarrollar, la costumbre, el hábito da seguridad.
A través de ellos, los comportamientos surgen al nivel del inconsciente o sea, resultan de la 
capacidad de anticipación de la respuesta.
Cuando aprendemos algo por primera vez, nos sentimos inseguros y tenemos consciencia 
de muchos pormenores de la acción, no obstante, con la práctica vamos a hacerlo 
cada vez más inconsciente y  por lo tanto nos sentiremos más seguros.
Esta seguridad de la respuesta subconsciente da seguridad para que surja el talento, 
dado que los trámites, los economiza.
Así, el aprendizaje y la ejercitación de un comportamiento hace que su realización solicite 
cada vez menos recursos al cerebro a través de la adaptación.
La experiencia permite ajustar la anticipación  de las decisiones a través de la memoria 
y por tanto, la familiaridad con un determinado contexto, jugar, crea una mayor eficacia 
en las decisiones.
Antonio Damásio demuestra que el resultado de la experiencia condiciona las 
anticipaciones y decisiones futuras a través de lo que el designa marcadores somáticos, 
surge un registro emocional que puede ser positivo o negativo con lo cual  habrá 
emociones, así relacionadas a la decisión que las originó.Así, cuando nos enfrentamos 
a una situación semejante, la memoria va a  ayudar al cerebro asociando la decisión 
al respectivo estado emocional, que puede ser positivo o negativo.
Se procura optimizar las decisiones futuras en función del pasado, regulando las 
elecciones caras a lo que nos llevo al éxito.
La anticipación resulta de la experiencia de los jugadores haciendo que se inclinen 
a tener comportamientos que los llevaron a tener éxito anteriormente a la resolución 
de sus problemas, a través de ella, los jugadores crean determinadas representaciones 
que muchas veces son diferentes a las del Entrenador,  incluso contrarias, así ,
no converge para el proyecto colectivo del equipo.
Este es un punto clave, demuestra que los conceptos deben estar adaptados 
cualidades de los jugadores, que ya son una construcción en si mismos.
Todo ya existía, antes de que los entrenadores apareciéramos, pero tenemos la 
necesidad de comercial de evidenciar lo que somos y sabemos.
Esto se puede optimizar con el tiempo que refunda nuevos hábitos.
Con todo esto el concepto de hábito no puede ser entendido como un comportamiento 
mecánico por parte de los jugadores porque el principio de juego es un inicio.
A través de ellos es posible anticipar el aparecimiento de determinados  padrones en las 
interacciones de los jugadores, mas no sabemos los detalles de cómo el padrón va a surgir.
Por ello es importante que el jugador tenga capacidad y espacio para crear e inventar 
en la concretización de esos principios.
Esas representaciones son anticipaciones que hacemos del futuro, “sobre-condicionadas” 
por el pasado.
La realización regular de los principios de acción hace que los jugadores creen una 
familiaridad con una lógica de funcionamiento que los lleva a anticipar con mayor eficacia 
y menor esfuerzo los efectos de los comportamientos.
La práctica de determinados principios de acción hace que jugadores y equipo adquieran 
una memoria que los direcciona en las elecciones, aun que sea inconscientemente.
Se procura habituar al jugador a resolver los problemas de acuerdo con una lógica, pero 
la forma en que se comporta aquí y ahora no puede ser concretizada, no puede ser 
mecánica.


"Los sistemas caóticos y fractales interactúan porque ambos tienen como 
objetivo proporcionar y reconocer alguna previsibilidad y orden a fenómenos imprevisibles y desordenados". Vitor Frade creador de la Periodización táctica.




Nestor Brassat.
Entrenador Nacional.
R.F.E.F. España.