Decidir es un
elemento esencial y consustancial del deporte. Se viene dedicando una gran
atención a este componente relevante del procesamiento cognitivo de la
información y que, en los deportes abiertos, de situación y de regulación
externa es lo más característico.
Las exigencias de
carácter perceptivo en los deportes pueden variar enormemente, oscilando a
tareas cuyo componente perceptivo es prácticamente nulo a tareas para cuya
realización el individuo debe ser capaz de integrar en patrones significativos
una enorme avalancha de información cuyo origen es el entorno más inmediato.
En la cabeza del
deportista se llevan a cabo todo un conjunto de operaciones, de cálculos, en los
que el conocimiento juega un papel relevante. Nos estamos refiriendo al
conocimiento sobre el deporte en cuestión, de sus técnicas, de sus reglas,
estrategias y tácticas. Conocimientos sobre las diferentes formas de actuar y
cuándo son más adecuadas, sin olvidarnos de lo que algunos denominan
conocimiento afectivo y que es primordial para ser excelente, haciendo
referencia al sentimiento de satisfacción y de confianza en las propias
posibilidades, y que otros autores denominan autoeficacia, confianza deportiva
o competencia percibida.
La actividad de
toma de decisiones en el deporte es esencialmente una actividad cognitiva y
afectiva. El proceso de optimización deportiva supone no sólo dotarle de
situaciones para que mejore su capacidad de decidir, sino también implica
dotarle de la confianza para que lo haga.
Las decisiones se
ven influidas por el estado anímico y afectivo del deportista, sus miedos,
temores, confianza en sus posibilidades, apetencias, fatiga, presión del
ambiente o de la evaluación subjetiva que realiza del riesgo que conllevan
dichas decisiones.
VARIABLES O
FACTORES QUE INFLUYEN EN LA DIFICULTAD DE LA TOMA DE DECISIONES.
Una definición que
nos va a dar una ligera idea de las variables más importantes en este
mecanismo, es una caracterización de en que deportes se puede considerar que
predomina esta fase de toma de decisiones, y nos dice que “son deportes de toma de decisión aquellos en
los que el deportista se ve confrontado ante diferentes alternativas bajo una
presión temporal e incertidumbre más o menos manifiesta.”
Una vez expuesto
globalmente el problema, se hace necesario penetrar en este complejo terreno de
las decisiones para tratar de entresacar los factores que la configuran, para
en el punto siguiente, ver la forma de optimizarlos en el deporte.
A continuación se
presenta una tabla, con la que queda resumido los factores que determinan la
complejidad que pueden plantear los deportes respecto a la toma de decisión.
Elementos de análisis
|
Menor complejidad de la decisión
|
Mayor complejidad de la decisión
|
Nº de decisiones a tomar
|
Escaso número de decisiones
|
Gran número de decisiones
|
Nº de alternativas en el
propósito de la tarea
|
Propósito único
|
Propósitos múltiples
|
Nº de alternativas en la
respuesta motriz
|
Única alternativa motriz
|
Múltiples alternativas motrices
|
Velocidad requerida en la toma
de decisión
|
Mucho tiempo para decidir
|
Poco tiempo para decidir
|
Nivel de incertidumbre con el
que se toma la decisión
|
La decisión no comporta incertidumbre
|
La decisión comporta gran incertidumbre
|
Nivel de riesgo físico con el
que se asume la decisión
|
La decisión no comporta riesgo físico.
|
La decisión comporta gran riesgo físico
|
Variabilidad del orden
secuencial de las decisiones
|
Orden fijo en la toma de decisión
|
Orden variable en la toma de decisión
|
Número de elementos y factores
a recordar para la toma de la decisión.
|
Pocos elementos y factores a recordar
|
Muchos elementos y factores a recordar.
|
LA TOMA DE
DECISIONES EN DEPORTES DE EQUIPO
Observamos la
presencia de tres mecanismos que son el de percepción, decisión y ejecución. La
principal diferencia entre los deportes de equipo y el resto de modalidades
deportivas, es la implicación con unos de estos mecanismos más que de otros.
En los deportes de
equipo está claro que los tres mecanismos intervienen de una manera
significativa y el fallo, en cualquiera de ellos, puede suponer el fracaso en
la consecución del objetivo, ya que un procesamiento óptimo de la información
en cada situación pone al deportista ante la posibilidad de emplear con
eficacia y eficiencia sus recursos técnicos y tácticos. Es fácil deducir, por
lo tanto, que el aprendizaje y optimización de estos deportes deben implicar la
optimización de cada uno de los mecanismos implicados y todos ellos en su
conjunto. Pero no es difícil pensar que existen otros deportes en los que la
participación de cada uno de los mecanismos es muy diferente. Como ejemplo en
la fase de percepción un jugador de baloncesto no sabe si el pase que le envían
será interceptado o no, ni cual va a ser la trayectoria que el balón va a
describir, mientras tanto el saltador de altura tiene de antemano toda la
información que necesita para su ejecución.
En la fase de
decisión, el jugador de baloncesto tiene tres posibilidades cuando recibe el
balón que son tirar, penetrar o pasar, mientras que la única alternativa de un
nadador, es zambullirse y nadar.
Por esta razón a
diferencia del jugador de baloncesto, no tienen una elevada exigencia de toma
de decisión y sus errores no suelen ser de esta índole, ya que no existen
alternativas con las que tratar, el gesto técnico está previsto.
Esto nos lleva a no
considerar diferentes modalidades deportivas como deportes esencialmente de
toma de decisión y deben, por lo tanto recibir un tratamiento diferente en su
entrenamiento.
Podemos concluir
que los diferentes deportes reclaman de manera diferente la participación de
los mecanismos comentados y que esto debería ser suficiente como para
considerar la manera en que son entrenados los deportistas en las múltiples
modalidades deportivas que conocemos. Esta conclusión, nos lleva a considerar
que, las tareas, ejercicios y
actividades motrices ofrecidas deben haber sido analizadas y clasificadas
previamente para tal efecto, tanto en términos de sus exigencias de ejecución técnica
como de sus exigencias perceptivas y la decisión. Es decir, debemos considerar
las acciones deportivas en función de sus particulares características
perceptivas, cognitivas (toma de decisión) y de ejecución respecto a su
aprendizaje y realización.
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